Luego de dos años de gestión en la pandemia del Covid-19, Soledad Acuña se propuso recopilar los momentos más importantes que vivió en ese tiempo, con el objetivo de no olvidar lo que ocurrió y así aprender de los errores del pasado para no repetirlos en la construcción de nuestro futuro. Es por eso que en mayo del 2022, publicó su libro “El día que ir a la escuela fue noticia”.
Durante los largos meses de aislamiento, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tuvo una política de Estado que se mantuvo inalterable a pesar del contexto: la presencialidad en las escuelas. Es por eso que Soledad Acuña y Horacio Rodríguez Larreta lucharon incansablemente por reabrir las aulas, ya que entendían que, si bien la situación sanitaria era delicada, la educación de los chicos y las chicas debía ser siempre una prioridad. A pesar de la fuerte oposición por parte del gobierno Nacional y sectores partidarios que no compartían estas ideas, a finales del 2020 lograron que los alumnos de la Ciudad pudieran volver a encontrarse con sus compañeros y docentes en las aulas.
A partir de ese momento, se inició un plan para recuperar los aprendizajes perdidos para garantizar que cada estudiante, sin importar su origen, tenga la oportunidad de construir su propio futuro. Es así que se implementaron más días de clase, se abrieron las aulas los sábados, se extendió la jornada y se implementó una escuela de verano e invierno para dar apoyo a aquellos chicos que lo necesitaran, entre otras medidas.
Las prácticas educativas en ámbitos laborales de la Ciudad de Buenos Aires
Desde el Ministerio de Educación sostienen que las políticas educativas no pueden quedarse tan sólo en lo teórico. Es importante idear nuevos programas para que los jóvenes aprendan a poner en práctica los contenidos que ven en clase, y que de este modo, salgan de la secundaria con las herramientas y el acompañamiento necesario para ingresar al mundo adulto.
Es así que se puso en marcha un programa de Prácticas Educativas, que invita a los estudiantes de último año a aprender diversos oficios en empresas privadas o públicas, o en organismos estatales. El objetivo es que, a partir de estas actividades, los chicos puedan comenzar a idear su futuro, definiendo el ámbito en el que les gustaría desarrollar sus carreras profesionales. Además, se busca darles una formación que les permita enfrentar las dificultades que se les puedan presentar en sus carreras profesionales
Desde el Ministerio de Educación buscan promover una escuela que fomente la cultura del trabajo y que también tiene las exigencias académicas propias de esta modalidad para preparar a los estudiantes también para el mundo de los estudios superiores. Una escuela que logre una formación integral de los jóvenes, como estudiantes y ciudadanos, que requiere una estrecha vinculación con el mundo laboral y con el ejercicio responsable de su quehacer profesional futuro. Una escuela que prepare a los estudiantes para las demandas del mundo del trabajo y vincularse con los sectores de punta de la ciencia y la tecnología, para alcanzar el objetivo fundamental: la inserción de los egresados en el futuro productivo del país.
Las palabras de Soledad Acuña y Horacio Rodríguez Larreta
Sobre esta política, Soledad Acuña mencionó: “El primer objetivo de la educación es formar ciudadanos libres. Personas con pensamiento crítico y capacidad para decidir. Las prácticas educativas en ámbitos laborales constituyen un elemento central en nuestra estratégia para cumplir esa meta”. Horacio Rodríguez Larreta, a su vez, expresó su apoyo a la misma, explicando que: “Si los chicos no salen de la escuela preparados para encontrar un trabajo que los apasione y los desafíe, va a ser muy difícil que puedan desarrollar todo su potencial y ayudar al crecimiento de la Argentina”.
Esta semana, la ministra y el Jefe de Gobierno se acercaron a hablar con los estudiantes de la escuela Nº 05 D.E. 02 Bartolomé Mitre, que están realizando prácticas en ManpowerGroup, una empresa líder en consultoría de Recursos Humanos. Ambos resaltaron la importancia de que los chicos que están por terminar el secundario puedan comenzar a vincularse con el mundo del trabajo.
Asimismo, la medida también incluye la educación financiera, la cual garantiza que los estudiantes de último año puedan incorporar conocimientos que los ayuden a administrar su economía personal. En este sentido, la titular de la cartera educativa señaló que “7 de cada 10 jóvenes no tienen conocimientos de educación financiera. Esto implica que no saben desarrollar un presupuesto personal, así como tampoco comprender movimientos bancarios.”
Tal como se explica a lo largo del libro, el cierre de las escuelas producto de la pandemia del Covid-19, permitió que la sociedad tomara noción de la importancia que tiene la escuela en una comunidad. La educación es la única herramienta que tenemos para construir un futuro mejor. Es por ello que medidas como las prácticas educativas, son fundamentales para seguir construyendo una transformación cultural que vuelva a instalar al trabajo como motor de cambio, de progreso y una garantía de libertad individual.