La semana pasada, la Ministra de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, estuvo presente junto a cientos de docentes y funcionarios del gobierno porteño, en el primer encuentro del año de Juntos por la Educación. Allí, Acuña habló de su gestión, y agradeció a todos los presentes por el enorme esfuerzo que han hecho para impulsar las transformaciones educativas en la Ciudad.
En este sentido, resaltó que en el proyecto político de Juntos por el Cambio la educación es la máxima prioridad. A su vez, expresó que así lo han demostrado en las gestiones de Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, durante casi 16 años en la Ciudad de Buenos Aires. Además, se refirió a los presentes en el evento, explicando que comparten dicha convicción, de que toda transformación significativa comienza con una educación más sólida y de calidad.
Por otro lado, hizo mención a la alianza que construyó el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires con los docentes, durante la pandemia. De este modo, explicó que el apoyo de la comunidad educativa fue un pilar fundamental para sostener su reclamo por abrir las escuelas durante la cuarentena.
Escuchar a los docentes: sus voces se expresan en el libro de soledad acuña
La titular de la cartera educativa porteña brinda un espacio para que los docentes cuenten su experiencia en el capítulo 3 de su libro “El día que ir a la escuela fue noticia”.
Carlos López, Vicedirector del Polo Lugano, narra cómo vivió los meses en los que las escuelas cerraron sus puertas: “Para los maestros lo digital fue difícil y pasamos por distintas instancias. Creo que la facilitadora de informática habrá envejecido como cinco años porque ella era la encargada de subir al blog de la escuela las distintas actividades para que los papás las buscaran. Algunos maestros se manejaban por mail y varias familias se empezaron a dar cuenta de la necesidad de tener un correo electrónico y a dar valor al dispositivo electrónico, a la computadora que tenían en casa (…) con el paso del tiempo el aprendizaje empezó a bajar y ahí llegó también el desgaste. Y creo que fue algo general, no solamente en la escuela sino a nivel sociedad. Entre los docentes, las reuniones virtuales eran más de apoyo psicológico, imagino que en las familias también, y la escuela fue un sostén: la cuestión del aprendizaje quedó estancada”.
Asimismo, explica la importancia que tuvieron los cuadernillos que entregó el Ministerio para la facilitación de la tarea docente: “Cuando aparecieron los cuadernillos del ministerio, se ordenó mucho la tarea docente. El rol de los cuadernillos fue tan importante que, en nuestro caso, vinieron para quedarse: los seguimos usando. Son muy útiles en situaciones de chicos que se enferman o tienen algún accidente doméstico y no pueden asistir a la escuela. Los cuadernillos dieron un gran marco de ayuda y una tranquilidad para los docentes porque, frente a un diseño curricular amplio, estaban los contenidos priorizados, nos indicaban para dónde ir y sabíamos que íbamos todos para el mismo lugar. También fueron un canal de diálogo entre la escuela y la casa”.
Por último, resalta que los/as chicos/as necesitaban volver a las aulas, y cuenta que vio como el aislamiento y el cierre de escuelas impactaba en su desarrollo emocional: “Para los chicos también fue difícil. Con el tiempo, en los días de entrega de canastas empezaron a acercarse a la escuela con sus familias. La necesidad del encuentro era vital. Era increíble. Nosotros al principio atendíamos a través de las mamparas para recibir la documentación y alguna tarea que traían en papel, pero hubo nenes que apoyaban la manito en la mampara para estar cerca de sus maestros. Creo que la pasión que le puso la gente que trabaja en nuestro establecimiento, más allá de las diferencias que solemos tener, fue lo que logró sostener el hilo de la escuela como la conocíamos”.
A lo largo de todo el 2020, Horacio Rodríguez Larreta y Soledad Acuña trabajaron en diversos planes que permitieran volver a la escuela. A pesar de eso, el Gobierno Nacional buscó impedir el regreso, debido a la situación sanitaria. Con el correr de los meses, los docentes, las familias y los/as jóvenes alzaron sus voces en el reclamo por la presencialidad en las aulas. Este apoyo resultó fundamental para que a finales de aquel año, las escuelas volvieran a abrir sus puertas.