Soledad Acuña: “Había una pandemia que corría silenciosa para los niños, y los adultos no habíamos frenado a escuchar qué les pasaba”

Soledad Acuña habla sobre la salud integral en tiempos del Coronavirus

En marzo de 2020, cuando el entonces ministro de Educación de la Nación decidió cerrar las escuelas para reducir la circulación de personas en el marco de la pandemia por Covid-19, Soledad Acuña lo consideró un error: “si cerrábamos, nos iba a costar mucho volver” (Acuña, 2022:16), y así se lo transmitió al ministro.

“La salud integral de las personas y las consecuencias del encierro sobre niños y adolescentes no formaban parte de sus preocupaciones”, expresa la ministra de Educación porteña en la página 201 de su libro. Sin embargo hoy sabemos que la salud integral, y en especial la salud mental, son algunos de los aspectos más afectados por la pandemia. 

En su 75° aniversario, Unicef advirtió que la COVID-19 es la peor crisis para la infancia en sus 75 años de historia, y que a causa de la pandemia se “está revirtiendo prácticamente todos los avances en favor de la infancia”.

En su informe “Salud mental en tiempos de coronavirus” Unicef asegura que la continuidad de las restricciones a lo largo de los meses y el distanciamiento físico al que fueron sometidos los niños al tener que estar encerrados impactaron negativamente en las subjetividades infantiles. Sus padres o referentes manifestaron que los niños se encontraban más irritables, de mal humor, enojados, fastidiosos, y más intolerantes. 

Por otro lado, según el informe, en los adolescentes se observó una expresión mayor de malestar que en los menores de 12 años. La reducción de los intercambios con pares y otros adultos se expresaron en altibajos emocionales, desgano, enojo, irritabilidad, angustia y resignación. También otras emociones como soledad, tristeza, ansiedad y miedo. 

En Argentina tuvimos una de las cuarentenas más largas del mundo. Las escuelas estuvieron cerradas casi un año entero, y tuvimos otro año más con una presencialidad intermitente a nivel país. No solo se perdieron muchos días de clases, sino que también se perdieron muchos contenidos en el pasaje a clases virtuales. 

El impacto de la pandemia, tanto a nivel socioemocional como en la pérdida en los aprendizajes, quedó en evidencia en los resultados de las evaluaciones FEPBA y TESBA en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y en las Pruebas Aprender, realizadas a nivel país. 

 Fuente: https://www.unicef.org/argentina/publicaciones-y-datos/Efectos-salud-mental-ninios-ninias-adolescnetes-covid-completo

“Con la pandemia vimos las consecuencias de no estar presentes en las aulas. El impacto social, pedagógico y emocional fue enorme. Lo sabemos y no podemos mirar para otro lado; tenemos que aprender de esta experiencia”, expresó Soledad Acuña, y agregó: “Los números que arrojaron las evaluaciones requieren de un abordaje urgente. Por eso, estos resultados nos encuentran con un plan para primaria y otro para secundaria. Ya pusimos en marcha acciones concretas: diseñamos y entregamos material didáctico específico, brindamos nuevas capacitaciones e importamos un modelo exitoso de Mendoza sobre fluidez lectora”.

“El primer paso para construir futuro es conocer la realidad. Hoy tenemos datos que nos permiten saber en dónde estamos parados y qué instancias de enseñanza tenemos que mejorar. Queremos formar ciudadanos libres. Ciudadanos que elijan un proyecto de vida que les permita crecer y desarrollarse personal y profesionalmente. Y eso solo es posible con educación”, concluyó la ministra de Educación porteña.

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