En esta entrevista, Soledad Acuña nos cuenta sobre el proceso de escritura de su libro, sobre cómo vivió el cierre de las escuelas, tanto como ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires como en su rol de madre, y la pelea que dio junto con Horacio Rodríguez Larreta para volver a la presencialidad.
¿Cómo viviste la maternidad y tu rol como ministra durante un momento tan único como la pandemia?
La pandemia comenzó al poco tiempo de convertirme en mamá por segunda vez, y como creo que les debe haber pasado a todos, jamás me imaginé todo lo que vino después. Por suerte, y siempre lo digo, Horacio me acompañó y tuve su apoyo absoluto desde el día uno.
Antes de la pandemia, ser mamá siendo ministra ya era un desafío: no existía la licencia de maternidad para alguien en un cargo de tanta jerarquía. No existían normas que lo regularan, no había protocolos a seguir para tener un esquema de reemplazo, ni una delegación de firma para que el Ministerio siguiera funcionando. En general, las mujeres que han ocupado este tipo de cargos han tenido trayectorias personales distintas y llegan con edades más avanzadas. ¡Así que tuvimos que armar una normativa especial para que pudiera tomarme la licencia!
¿Cómo surgió la idea del libro y qué te llevó a escribirlo?
Escribir este libro fue una forma de desahogo. Fue la forma que encontré para darle sentido a todo lo que vivimos en 2020 y 2021: la pandemia, la cuarentena, el nacimiento de mi segundo hijo, las escuelas cerradas, las escuelas abiertas, los idas y vueltas con el gobierno nacional, el uso de barbijos, las calles vacías. Este libro es parte de un proceso de aprendizaje que todavía no termina y es un recordatorio de que todas las decisiones que tomemos de ahora en más tienen que estar sí o sí atravesadas por esta experiencia.
El libro tiene una reseña de Mario Vargas Llosa, ¿pudiste conversar con él?
Sí, tuve el honor de conversar con él en la cena de la Fundación Libertad e intercambiar opiniones sobre el futuro de la Argentina y la región. Mario es realmente un defensor férreo de la libertad y una fuente de inspiración para muchas personas. Siempre voy a estarle agradecida por el gesto que tuvo conmigo al escribir la contratapa de mi primer libro.
¿Por qué incluiste en este primer libro otras voces que no son la tuya?
Decidí incluir las voces de docentes, familias y estudiantes porque nada de lo que logramos lo hubiéramos hecho sin ellos. Sin la ayuda, sin el compromiso y el trabajo constante de los docentes y las familias. Además, me pareció fundamental que estuvieran presentes también las voces de los únicos protagonistas de todo esto y la razón por la cual desde el Gobierno luchamos incansablemente por abrir las escuelas, que son los chicos.
¿Qué sentís al ser la cara de la vuelta a la presencialidad?
Estoy orgullosa de que, a pesar de todo, pude seguir adelante con mi convicción y no paré hasta lograr lo que creía que era lo correcto. El cierre de las escuelas fue algo que me afectó tanto en lo personal como en lo profesional. A mi hijo mayor, Santi, lo veía triste. Su vida, y la de todos, había dado un giro de 180 grados. Esa situación, sumada a la incertidumbre constante lo angustiaba. Y ese fue el envión que me faltaba para salir a luchar por la presencialidad. Y lo pude hacer gracias a la confianza de Horacio que es inmensa, a mi familia y, como siempre digo, a mi red de mujeres que hacen que ser mamá y ministra sea posible.
¿Cómo fue ser la máxima referente en Educación durante la pandemia?
Durante la pandemia tuve un lugar muy desafiante porque fue de mucha exposición, pero valió la pena cada día de trabajo y lucha por recuperar la presencialidad en todas las escuelas de la Ciudad de Buenos Aires. Claramente hubo decisiones más difíciles de tomar que otras. La más fácil, aunque no la más sencilla, fue sin dudas poner sobre la mesa la discusión de la presencialidad. Estaba convencida de que había que abrir las escuelas, y rápidamente entendí que era urgente y que no estábamos haciendo todo lo posible por abrirlas.
Y para terminar en una nota más personal, ¿Qué actividades disfrutas hacer cuando no estás liderando el Ministerio de Educación porteño?
Disfruto mucho el tiempo con mi familia. Además, como soy de Bariloche, me gusta mucho hacer cualquier actividad al aire libre, rodeada de naturaleza. Me encanta el senderismo por las montañas o los bosques del sur. Acá en la Ciudad cuando tengo un rato libre salgo a correr, porque siento que me hace bien y me despeja la mente.