La experiencia de Soledad Acuña como ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires desde 2015 fue desafiante, pero su gestión se enfrentó a los momentos más difíciles en 2020 y 2021 debido a la pandemia del Covid-19.
El virus obligó a los gobiernos de todo el mundo a implementar medidas de aislamiento social para contener los contagios y proteger la salud pública, lo que afectó significativamente a la educación. A raíz de estos acontecimientos, la ministra publicó un libro en 2022 titulado «El día que ir a la escuela fue noticia», con el propósito de reflexionar sobre los errores cometidos durante esa época y aprender de ellos para mejorar la educación en el futuro.
Aprender de la experiencia
Uno de los principales aprendizajes que nos dejó la pandemia es la importancia fundamental de la asistencia diaria a la escuela para asegurar el adecuado desarrollo educativo de los estudiantes. Hubo quienes defendieron la idea de que los/as chicos/as podrían continuar su educación a través de clases virtuales, argumentando que el regreso a la presencialidad ponía en riesgo su salud.
Sin embargo, tanto Soledad Acuña como Horacio Rodríguez Larreta mantuvieron desde el inicio que la apertura de las escuelas debía ser una prioridad gubernamental, a pesar de las circunstancias. En su libro, la ministra expresa que, con protocolos y medidas de seguridad, era posible mantener las escuelas abiertas sin un aumento significativo en los contagios. Enfatizaron en convertir las aulas en ambientes seguros.
Esta postura fue mantenida durante toda la pandemia, y se implementaron diversos planes para permitir el regreso de los estudiantes a las aulas. A finales del 2020, las escuelas de la Ciudad finalmente reabrieron sus puertas, aunque esto ocurrió más tarde de lo deseado debido a la oposición constante del gobierno nacional.
Recuperar el tiempo y los aprendizajes perdidos
Restaurar el tiempo perdido en educación fue otro desafío crucial. La ministra explicó en su libro que la escuela no solo es un lugar para adquirir conocimientos, sino también un espacio de juego, socialización y apoyo emocional para los jóvenes. La pandemia interrumpió este proceso, y se reconoció la importancia de abordar el problema y revertir los efectos negativos en la salud mental y emocional de los estudiantes. En este sentido, se implementó un calendario escolar extendido con 192 días de clase, 12 más que el mínimo de 180 días requeridos por la ley, medida que se mantuvo en el año 2022.
Otra estrategia clave fue la creación de los Centros de Acompañamiento a las Trayectorias Escolares (CATE). Estos centros fueron diseñados para apoyar a los estudiantes de secundaria que se encontraban en proceso de promoción y que no habían alcanzado los objetivos propuestos. Operando los días sábados en coordinación con las acciones de recuperación de aprendizaje durante la semana, estos centros ampliaron el tiempo escolar para asegurar que los estudiantes pudieran mantener una trayectoria educativa continua y completa. Cada escuela evaluó a qué estudiantes se les brindaría mayor apoyo y asistencia en estos centros, y se diseñaron estrategias personalizadas para recuperar los contenidos curriculares prioritarios.
Estas medidas formaron parte de un plan integral para recuperar los aprendizajes perdidos durante la pandemia. Los resultados de las Pruebas Aprender indicaron que, poco a poco, los objetivos propuestos se estaban cumpliendo y que la educación en la Ciudad seguía siendo una de las mejores del país.
Las reflexiones de Soledad Acuña en “El día que ir a la escuela fue noticia”
La experiencia de Soledad Acuña como ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires durante la pandemia del Covid-19 fue desafiante y marcada por la convicción de que cada día de clases cuenta. La prioridad de garantizar la presencialidad en las aulas se mantuvo firme, y se implementaron diversas estrategias para recuperar el tiempo perdido y asegurar el desarrollo educativo integral de los estudiantes.
La creación de los Centros de Acompañamiento a las Trayectorias Escolares fue una de las iniciativas clave para brindar apoyo a los alumnos que necesitaban recuperar aprendizajes esenciales. En general, el enfoque en la educación y la perseverancia en la búsqueda de soluciones para los desafíos de la pandemia permitieron sentar las bases para una educación más sólida y efectiva en el futuro.