En mayo de 2022, la titular del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Soledad Acuña, compartió su experiencia durante la pandemia de Covid-19 al frente de dicha institución en su libro titulado «El día que ir a la escuela fue noticia». En esta obra, Acuña relata los momentos más destacados y las conversaciones que mantuvo con la comunidad educativa y otros funcionarios gubernamentales.
En marzo de 2020, debido a la decisión del gobierno nacional, todas las escuelas del país cerraron sus puertas con el objetivo de contener la propagación del virus. Como relata Soledad Acuña en el primer capítulo de su libro, el Ministro de Educación Nacional había afirmado horas antes del cierre que las clases presenciales se mantendrían a pesar del contexto. Por lo tanto, la decisión de suspender las clases tomó por sorpresa al Gobierno de la Ciudad.
Tanto Soledad Acuña como Horacio Rodríguez Larreta se opusieron desde el principio a esta medida, ya que consideraban que era demasiado pronto para tomarla. Si las escuelas cerraban en marzo, los estudiantes no podrían regresar hasta los últimos meses del año.
El aislamiento y las clases virtuales
A medida que pasaban las semanas, quedaba claro que era necesario volver a la presencialidad lo antes posible. Las desigualdades económicas entre las familias generaban dificultades para que muchos pudieran seguir con sus estudios de manera virtual. Sin embargo, los efectos del aislamiento y el cierre de las escuelas afectaban a todos los jóvenes, no sólo en términos de aprendizaje, sino también en su desarrollo emocional y social. En la escuela, los estudiantes aprenden a relacionarse con sus compañeros y docentes, a respetar normas y a establecer rutinas.
Todos estos aspectos de la presencialidad no estuvieron presentes durante el aislamiento, lo que llevó a que muchos alumnos se alejaran de la escuela. En el capítulo 6 del libro, titulado «Los 6500», Soledad Acuña explica que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires identificó a 6500 estudiantes que habían perdido contacto con la escuela debido al aislamiento. Por esta razón, el Ministerio de Educación diseñó diversas estrategias para mejorar la comunicación con estas familias y así recuperar a estos jóvenes, garantizando nuevamente su derecho a una educación de calidad.
En este sentido, mediante el programa «Decí Presente», el Ministerio buscó a cada uno de estos jóvenes, logrando su reincorporación a la escuela. Esto fue posible gracias a que el Gobierno de la Ciudad siempre evaluó la situación de manera transparente, lo que les permitió identificar el problema y abordarlo con las medidas adecuadas.
El regreso a las aulas
A lo largo del año 2020, Soledad Acuña y Horacio Rodríguez Larreta trabajaron para garantizar el regreso a las clases presenciales en la Ciudad. Debido a la oposición constante del Gobierno Nacional, que consideraba que el retorno a las escuelas pondría en peligro el sistema de salud, la apertura de las escuelas se produjo más tarde de lo esperado.
Sin embargo, en los últimos meses de 2020, las escuelas de la Ciudad finalmente reabrieron sus puertas para recibir a los estudiantes.
Asimismo, después del tan ansiado regreso, se estableció la presencialidad plena para 2021, con un calendario escolar extendido de 192 días de clases, 12 más de los establecidos por la Ley de Educación Nacional.
Además, entendiendo que la mejor manera de recuperar el tiempo perdido durante el aislamiento era a través de más horas de clase, se implementaron los Centros de Acompañamiento de las Trayectorias Escolares (CATE) para que los estudiantes que necesitaban mejorar su nivel de aprendizaje pudieran asistir a clases los sábados y así alcanzar los conocimientos esperados para su edad.
Por otro lado, se introdujo la jornada completa o extendida en todas las escuelas de la Ciudad, haciendo obligatoria la jornada extendida para los estudiantes de los últimos años de la escuela primaria y el primer año de la escuela secundaria.
A lo largo de su libro, Soledad Acuña narra los desafíos y las acciones que emprendió durante la pandemia para garantizar la educación de calidad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. A pesar de los obstáculos y las dificultades, se tomaron medidas para recuperar el vínculo con los estudiantes que se habían alejado de la escuela y se implementaron estrategias para asegurar la continuidad de la educación durante el aislamiento. Además, se trabajó en la reapertura de las escuelas y se extendió el calendario escolar para recuperar el tiempo perdido.