La Ministra de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Soledad Acuña, estuvo presente junto al Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta y al candidato a jefe de Gobierno en la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Macri, en un acto de reconocimiento a los maestros de la ciudad. Este evento especial contó con la presentación de la Orquesta Académica del Teatro Colón, en conmemoración del Día del Maestro.
En la tercera edición del evento «Gracias Docentes» que organiza el Ministerio de Educación porteño, tuvo lugar durante el mes de la educación, septiembre, en el renombrado Teatro Colón de Argentina. Allí se presentó una emocionante gala de ópera en honor a la dedicación y esfuerzo de más de 1,200 docentes que trabajan en todos los niveles educativos, inicial, primario y secundario, de la Ciudad.
Este evento destacado fue una manifestación de reconocimiento hacia los docentes, por su papel fundamental en la formación de las generaciones futuras.
EL RECONOCIMIENTO A LOS Y LAS DOCENTES EN “EL DÍA QUE IR A LA ESCUELA FUE NOTICIA”
«El día que ir a la escuela fue noticia” ofrece una perspectiva retrospectiva, y un análisis político sobre la gestión educativa durante el 2020 y 2021, en los años de la pandemia. A lo largo de su libro, Soledad Acuña propone una mirada sobre los modelos y las formas de gestionar, exponiendo un modelo de gobierno basado en el respaldo de las políticas a partir de los datos empíricos y en el permanente diálogo con la comunidad educativa, es decir, las familias, los alumnos y los docentes.
En esta línea, varios capítulos dan voz a los maestros, las familias y los estudiantes, que tienen un espacio para expresarse sobre la realidad que cada uno de estos grupos vivió durante la pandemia del Covid-19 y cómo afrontaron el confinamiento durante la pandemia.
En el capítulo 3 del libro, titulado «La voz de los docentes», se reserva un espacio para que distintos profesores compartan sus vivencias y relaten sus experiencias durante ese período.
El libro busca proporcionar una visión más completa y contextualizada de la política al poner de relieve las voces y las experiencias de quienes estuvieron directamente involucrados en la educación durante un período crucial de la historia reciente. Además, muestra cómo la gestión basada en datos y el diálogo continuo con la comunidad pueden ser fundamentales para abordar los desafíos educativos y políticos de manera efectiva.
Por otra parte, Soledad Acuña explica a lo largo de su libro que los docentes tuvieron un rol fundamental en el camino transitado hacia la vuelta a la escuela a finales del 2020. La Ministra explica que durante el aislamiento, los docentes y los equipos directivos cumplieron un rol imprescindible para que los alumnos pudieran sostener el vínculo con la escuela.
En primer lugar Erika Guzmán, docente de la Escuela 20 del distrito escolar número nueve, explica: “Al comienzo, desde el equipo directivo había mucho pánico: no sabían bien qué hacer y la mayor parte de la tarea la hicimos las maestras, porque estamos acostumbradas a trabajar en medio de la turbulencia. Con Laura y Olga, mis compañeras paralelas a cargo de quinto grado, hicimos un grupo de WhatsApp con los papás y ahí pasamos los usuarios de Edmodo y empezamos a utilizarlo. Yo tenía los cinco días de la semana clases virtuales, intercambiamos horarios para que los chicos no estuviesen colapsados y para que pudieran tener comunicación entre ellos. Hacíamos juegos, les mandábamos actividades que podían aplicar en la vida cotidiana, hicimos proyectos, hicimos desafíos, tuvimos obra de teatro virtual con chicos que nos enseñaron a hacer títeres reciclables y estuvieron los papás presentes, hicimos lupas de vidrio, lupas de agua. Le buscábamos la vuelta”.
Por otro lado, resalta el rol de los docentes en la educación, y la importancia de valorar su trabajo: “La pandemia me mostró cómo la familia puede estar dentro del aula y aprender con nosotros, ver cómo trabajamos. Iba a cada entrega del bolsón para seguir teniendo vínculo con los chicos, ya que muchos venían con los papás y era un momento en que decían: «Mi maestra». No se los dejó solos, no se les mandó una actividad para hacer y listo. Había chicos no tenían computadora y lo hacíamos por WhatsApp. Yo creo que cuando uno como docente entiende cuál es su rol en la sociedad y sabe que un chico tiene oportunidades porque vos se las brindás, todo deja de ser un pesar. Yo trabajaba de 8 de la mañana a 10 de la noche de corrido, no había corte: planificar, buscar plataformas para hacer actividades divertidas y que representen desafíos, enseñarles a usar las computadoras como corresponde”.
