En mayo del 2022, Soledad Acuña publicó “El día que ir a la escuela fue noticia”, un libro que recorre el camino transitado durante la pandemia, para que la experiencia sirva como aprendizaje de los errores y aciertos cometidos en ese período.
En este sentido, la Ministra explica en los primeros dos capítulos, sus sensaciones personales al inicio de la cuarentena. En el capítulo 1, Soledad Acuña regresa a los primeros días de marzo, cuando el virus del Covid-19 aún estaba llegando a la región, y recuerda la incertidumbre con la que vivió aquellos meses. De este modo, explica que cuando el gobierno nacional tomó la decisión de cerrar las escuelas, ella se opuso a la medida, debido a que aún faltaban algunos meses para el invierno, y si cerraban en ese entonces, no se podría volver a la presencialidad hasta al menos septiembre. No obstante, el Poder Ejecutivo nacional suspendió las clases presenciales y decretó la cuarentena obligatoria, que se mantendría hasta los últimos meses del 2020.
Por otro lado, en el segundo capítulo, titulado “Quedate en casa”, Acuña cuenta detalladamente su experiencia personal durante la cuarentena. La ministra inició en marzo del 20202 su licencia por maternidad, por el nacimiento de su segundo hijo Toto, por lo que se aisló en su casa junto a su familia. A lo largo de este capítulo narra las dificultades que atravesó su hijo mayor, Santiago, que no podía encontrarse con sus compañeros y docentes en las aulas. Con el correr de las semanas, Acuña vió que su realidad era la misma que la del resto de las familias. En este sentido, expresa que la pandemia nos recordó el “rol de ordenadora social” que cumple la escuela en la sociedad.
En su libro, Soledad Acuña resalta la importancia que tuvieron las familias durante la pandemia, para recuperar la presencialidad en las aulas. En primer lugar, en el capítulo 4, la Ministra explica que volver a la escuela era también una cuestión de género, ya que “Los relevamientos sobre la organización y rutina familiar fueron contundentes: en el 90% de los hogares estas tareas dependieron de las mujeres”. Por lo tanto, el cierre de escuelas afectaba a estas mujeres que tenían que quedarse en sus casas cuidando a sus hijos, principalmente en edades de nivel inicial y primario.
Por otro lado, en el capítulo 6, Acuña explica que el Ministerio identificó, a partir de un relevamiento, que habían 6500 chicos/as que habían perdido el vínculo con la escuela. Para recuperarlos, el Gobierno de la Ciudad se puso en contacto con ellos/as y con sus familias.
Por estas razones, en los capítulos 7 y 8, Soledad Acuña se centra en contar el rol de las familias, que comenzaron a organizarse para reclamar por la vuelta a la escuela. En este sentido, la Ministra explica que se puso en contacto con “Padres Organizados”, una organización que reunió a familias de todo el país en el pedido por la vuelta a la presencialidad.
De este modo, el Gobierno de la Ciudad, que estaba diseñando esquemas que permitieran retornar a las aulas lo antes posible, pudo respaldar su posición frente al gobierno nacional, gracias al enorme esfuerzo y al apoyo de las familias.
A partir de esto, Soledad Acuña menciona al final de su libro, que para el futuro será necesario mantener ese vínculo formado entre el Ministerio y las familias, para que éstas se involucren cada vez más en las políticas educativas.
Reforma estructural de la escuela primaria: con la participación de las familias
El Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires está trabajando en una reforma estructural de la educación primaria que busca crear una escuela más inclusiva, participativa y enfocada en los estudiantes.
Durante un proceso de consulta que duró siete meses, se conversó con más de 14.600 personas, incluyendo equipos directivos, supervisores, docentes, formadores, capacitadores, familias, estudiantes, vecinos, especialistas nacionales e internacionales, y representantes de los sectores científicos, tecnológicos, ambientales y de la divulgación educativa.
Se arribó a un listado de siete consensos que buscan una escuela primaria que se enfoque en los conocimientos esenciales, integre las habilidades en su programa educativo, tenga un enfoque renovado en la distribución del tiempo escolar, incluya nuevos espacios para el aprendizaje colaborativo, fomente una estrecha relación con la tecnología, y sea un espacio inclusivo para todos los estudiantes.