La educación debe ser siempre la prioridad de cualquier sociedad que mire hacia el futuro. La educación es el igualador de oportunidades por excelencia, porque da la posibilidad de crecer y progresar a cualquier persona, sin importar cuál sea su origen. Los chicos y las chicas, deben estar el mayor tiempo posible en la escuela, sin importar las circunstancias.
La Pandemia del Covid-19: Un Desafío sin Precedentes para la Educación
En el año 2020, el mundo se vio sacudido por la pandemia del Covid-19, que forzó a los gobiernos a tomar medidas drásticas para proteger el sistema de salud. El aislamiento social y el distanciamiento físico se convirtieron en las estrategias principales para frenar la propagación del virus. Uno de los sectores más afectados por estas medidas fue la educación. Las escuelas cerraron sus puertas, y las aulas se trasladaron al mundo virtual a través de computadoras y dispositivos electrónicos.
En este contexto, la Ministra de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Soledad Acuña, se posicionó firmemente en contra del cierre de las escuelas. Junto con otras áreas del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el Ministerio de Educación porteño avanzó en diversas estrategias que permitieran un regreso seguro a las aulas, argumentando que era posible hacerlo sin comprometer la salud de estudiantes y docentes, gracias a la implementación de protocolos sanitarios estrictos.
Con el tiempo, su enfoque ganó apoyo entre las familias, quienes llegaron a comprender que cerrar las escuelas solo profundizaría las desigualdades educativas, ya que no todas las familias tenían acceso a recursos y tecnología de la misma manera. A pesar de la oposición del gobierno nacional, durante los últimos meses del 2020, los estudiantes pudieron regresar a las aulas, marcando un hito en la lucha por garantizar el derecho a la educación.
Recuperando el Tiempo Perdido: Un Desafío Educativo
Tras el ansiado regreso a las escuelas, el Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires continuó trabajando incansablemente para revertir los efectos negativos del aislamiento en la educación. El primer paso fue llevar a cabo una evaluación exhaustiva de la situación para comprender las diversas realidades que enfrentaban los estudiantes. Solo al entender las complejidades de cada caso, se podrían ofrecer soluciones adecuadas y efectivas.
Se hizo evidente que uno de los pilares para la recuperación era garantizar el mayor tiempo posible en las aulas. Tanto investigaciones internacionales como estudios locales respaldaron la idea de que los jóvenes necesitan estar en las aulas para recuperar no sólo los contenidos académicos, sino también su desarrollo emocional y social.
Multiplicando las Oportunidades
Soledad Acuña y su equipo se centraron en multiplicar las oportunidades para que los estudiantes alcanzaran los niveles educativos esperados y continuaran avanzando en sus trayectorias escolares. Desde el principio, Acuña sostuvo que si se brindaban oportunidades adecuadas, los estudiantes sabrían aprovecharlas al máximo.
Se reorientó la oferta de Escuela de Verano, permitiendo a los estudiantes seguir aprendiendo en entornos inclusivos que promovieran el trabajo en equipo a través de actividades artísticas, culturales y deportivas. Además, se crearon los Centros de Acompañamiento a las Trayectorias Escolares (CATE), que ofrecen espacios de apoyo y refuerzo curricular los días sábados.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires implementó un calendario escolar extendido con 192 días de clases en 2021, 2022 y 2023, proporcionando más oportunidades para el aprendizaje y la interacción con compañeros y docentes a lo largo del año. Para impulsar la asistencia de los estudiantes, se aumentó el requisito para mantenerse como alumno regular en 2022, exigiendo un 85% de asistencia en cada bimestre.
En respuesta a las preocupantes retrocesos en competencias lingüísticas, se lanzó el Plan de Comprensión y Fluidez Lectora, dirigido a los estudiantes de cuarto grado de primaria. Este programa especializado busca apoyar a aquellos estudiantes que tienen dificultades para leer y comprender textos apropiados para su nivel de desarrollo.
El Libro de Soledad Acuña: Un Testimonio de Compromiso
En su libro «El día que ir a la escuela fue noticia,» Soledad Acuña narra los principales acontecimientos de su gestión educativa durante los años 2020 y 2021, marcados por la pandemia. En este relato, destaca las medidas implementadas para recuperar los aprendizajes y el desarrollo de los jóvenes.
A través de su trabajo y su visión de la política educativa, Acuña resalta la importancia de garantizar oportunidades para todos los estudiantes, confiando en su capacidad para aprovecharlas. Su enfoque se centra en proporcionar una educación de calidad que empodere a los jóvenes para que puedan elegir con total libertad quiénes quieren ser en un mundo en constante cambio.
