Soledad Acuña es Ministra de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde 2015. A lo largo de su gestión, se realizaron diversas reformas educativas que transformaron el destino de la educación de la Ciudad.
Su gestión se caracterizó por defender la apertura de las escuelas durante la pandemia, ya que entre 2020 y 2021 y luchó por mantener la presencialidad en las aulas, frente a la decisión del gobierno nacional que quería suspenderla.
Asimismo, en sus 8 años como Ministra, Soledad Acuña trabajó siempre por una educación que sostuviera la cultura del mérito y del esfuerzo como sus banderas más importantes. En este sentido, se realizaron muchas transformaciones educativas que lograron una educación de calidad en la Ciudad, siendo siempre la principal prioridad del Gobierno porteño.
De esta manera, se realizaron cambios en el diseño curricular de la secundaria, implementando estrategias que permitieran formar a los ciudadanos del siglo XXI: digitalmente alfabetizados, resolutivos, críticos y con capacidad de trabajo en equipo.
Además, también se llevaron a cabo importantes cambios para revalorizar y profesionalizar la carrera docente.
REFORMA DEL ESTATUTO DOCENTE
En un hito significativo para la educación en la Ciudad de Buenos Aires, la Legislatura porteña aprobó en mayo de 2022 la Ley de Fortalecimiento de la Carrera Docente. Este logro fue el resultado de un extenso proceso de cinco años que involucró a más de 15,000 docentes y dos meses de intensos debates en el ámbito legislativo. La ley representa un paso crucial hacia el avance y la valoración de la profesión docente, al permitir a los educadores ascender en su carrera sin tener que abandonar el aula, marcando un cambio significativo en la estructura tradicional de la carrera docente.
Una de las innovaciones clave introducidas por esta legislación es la implementación de la carrera horizontal docente, la cual brinda mayores oportunidades de desarrollo profesional a los docentes de Nivel Inicial, Primario y preceptores del Nivel Secundario. Además, la ley aborda la situación de aquellos educadores que ocupaban roles de manera interina en el nivel secundario, otorgándoles condiciones de estabilidad y reconociendo su contribución al sistema educativo.
En su esencia, la normativa busca actualizar la carrera docente y sus contenidos, ofreciendo nuevas oportunidades de desarrollo profesional. Uno de los puntos más destacados es la jerarquización de la profesión docente a través de incentivos y reconocimientos salariales basados en el mérito. Esto no solo reconoce el esfuerzo y la dedicación de los educadores, sino que también motiva a buscar la excelencia en su labor cotidiana.
Un aspecto crucial de la ley es su enfoque en la profesionalización de la práctica docente. Esto se logra mediante la priorización de la formación y capacitación en materias cruciales que permitan a los educadores afrontar los desafíos actuales y futuros de manera más efectiva. Además, se implementan estrategias destinadas a atraer a los docentes más capacitados y con mayor trayectoria a trabajar en escuelas con estudiantes en situaciones desfavorables, contribuyendo así a la equidad educativa.
El proyecto de ley fue presentado en la apertura de sesiones ordinarias por el Jefe de Gobierno de la Ciudad, Horacio Rodríguez Larreta, y elaborado por la diputada Manuela Thourte, con la coautoría de legisladores de diversos partidos. Su concepción se originó en espacios de participación con docentes que el Ministerio de Educación lleva adelante desde 2017, reflejando la voluntad de más del 90% de los maestros de contar con roles que impliquen un crecimiento en su carrera sin asumir funciones de conducción.
Con la aprobación de esta ley, la Ciudad de Buenos Aires se convierte en la primera jurisdicción del país en implementar la carrera horizontal docente, un logro que redefine las perspectivas de desarrollo profesional de los educadores. Los objetivos de la ley, que incluyen la actualización de la carrera, la jerarquización de la profesión docente y la profesionalización de la práctica docente, establecen un nuevo estándar para el sistema educativo y prometen un impacto positivo duradero en la calidad de la enseñanza.
Los principales ejes del proyecto, centrados en la creación de una nueva carrera docente, la articulación de la formación con incentivos salariales, la potenciación del rol del preceptor y el equilibrio entre la formación y la antigüedad en el puntaje docente, demuestran un enfoque integral que busca fortalecer y reconocer el papel esencial de los docentes en la sociedad.
