EL DESAFÍO DE SOSTENER LA CALIDAD EDUCATIVA DURANTE LA PANDEMIA

EL DESAFÍO DE SOSTENER LA CALIDAD EDUCATIVA DURANTE LA PANDEMIA

En los años 2020 y 2021, el mundo fue testigo de una interrupción sin precedentes en la educación debido a la pandemia de covid-19. En Argentina, el Gobierno Nacional tomó la decisión de cerrar las escuelas en todo el país y suspender la presencialidad en las aulas desde marzo de 2020, cuando el ciclo lectivo estaba comenzando. Esta decisión del gobierno nacional generó debates y desafíos significativos en el ámbito educativo.

Soledad Acuña, Ministra de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde 2015, se manifestó en contra del cierre de las escuelas desde el principio. Para ella, mantener la presencialidad en las aulas era crucial en la medida en que fuera posible. Sin embargo, a pesar de sus argumentos, el gobierno nacional avanzó con la suspensión a través de decretos.

LA IMPORTANCIA DE SOSTENER LA PRESENCIALIDAD EN LAS AULAS

A medida que los meses de cuarentena avanzaban, se hicieron evidentes las consecuencias negativas de la suspensión de la presencialidad en el desarrollo emocional, social y pedagógico de los estudiantes. Era imperativo encontrar una manera segura de volver a las aulas para garantizar una educación de calidad.

La presencia física en la escuela desempeña un papel esencial en el desarrollo integral de los estudiantes. Desde una perspectiva social y emocional, la interacción directa con compañeros y docentes fomenta habilidades sociales, empatía y resiliencia. La escuela no es solo un lugar de aprendizaje académico, sino un entorno que moldea la identidad y fortalece las habilidades interpersonales necesarias para la vida.

La convivencia en el aula enseña normas sociales y valores, cultivando un sentido de responsabilidad y respeto mutuo. Las interacciones diarias contribuyen a la construcción de comunidades escolares sólidas y cohesionadas. Sin embargo, la educación presencial no solo es crucial para el desarrollo social y emocional; también aborda desigualdades económicas al proporcionar un acceso más equitativo a recursos educativos y oportunidades.

Además, el aprendizaje directo en el aula facilita la comprensión profunda de conceptos, promoviendo la participación activa y la retroalimentación inmediata. La diversidad de experiencias en el aula enriquece la formación académica y prepara a los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo real. 

La educación presencial no solo es un vehículo para la adquisición de conocimientos, sino un cimiento vital para el crecimiento personal, la igualdad de oportunidades y una sociedad cohesionada.

LA VUELTA A CLASES PRESENCIALES EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES

A lo largo del 2020, Soledad Acuña trabajó constantemente en el diseño de diversas estrategias que permitieran la vuelta a la escuela de forma segura, sin poner en riesgo la salud de los chicos, las familias o los docentes.A finales de ese año, gracias al compromiso de familias, estudiantes y docentes, se logró el regreso a las aulas de manera presencial en la Ciudad de Buenos Aires.

A partir de esto, se demostró que era fundamental garantizar más tiempo de clases. Por lo tanto se dispuso un calendario extendido con inicio anticipado de clases para 2021. Así, se alcanzaron los 192 días de clases, 12 más que los 180 que establece la ley. Esta medida fue replicada tanto en 2022 como en 2023.

Además, se abrieron los Centros de Acompañamiento a las Trayectorias Escolares los días sábado, para que aquellos chicos que necesitarán reforzar sus conocimientos pudieran aprovechar dichas instancias.

Asimismo, se reformuló la oferta de escuela de verano y escuela de invierno para que los chicos tuvieran la oportunidad de reforzar sus aprendizajes en los recesos de invierno y verano.

Por último, se puso en marcha un Plan de Alfabetización para el nivel primario. En este sentido, los chicos de tercer grado realizan en 2023 un Plan de Comprensión y Fluidez Lectora, para que aprendan a leer fluido, y, de esta manera, comprender mejor lo que leen. Esto les abre las puertas para aprender los contenidos de otras materias y poder progresar a lo largo de sus trayectorias escolares.

Todos estos esfuerzos y logros se ven reflejados en el libro de Soledad Acuña, «El día que ir a la escuela fue noticia», donde comparte su experiencia liderando el Ministerio durante los años de la pandemia. En este libro, Acuña subraya su convicción de que la escuela debe ser un camino de esfuerzo, destacando que todas las medidas implementadas tenían como objetivo reconocer el mérito de aquellos estudiantes que supieran aprovechar las oportunidades educativas brindadas.

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