En su libro titulado «El día que ir a la escuela fue noticia», publicado en mayo de 2022, Soledad Acuña, Ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, comparte su experiencia al frente de la cartera educativa porteña durante la pandemia del Covid-19 en 2020 y 2021.
Desde las primeras páginas, Acuña recuerda el momento en el que el Gobierno Nacional decretó el aislamiento social obligatorio en todo el país, lo que implicó el cierre de las escuelas. Ante esta situación, los/as estudiantes se vieron obligados/as a continuar sus clases de manera remota, a través de plataformas virtuales. La Ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, destaca que, en conversaciones previas con Nicolás Trotta, quien era el Ministro de Educación de la Nación en ese momento, resaltó la importancia de mantener abiertas las escuelas mientras fuera posible. Por lo tanto, Soledad Acuña se opuso al cierre de los establecimientos en marzo de 2020, antes de que llegara el invierno, debido a que si cerraban en ese momento, con la posterior llegada del invierno, sería imposible volver a la escuela por muchos meses.
A lo largo del año, Acuña se convirtió en una defensora de la reapertura de las escuelas.
Al inicio de la cuarentena impuesta por el gobierno nacional, Soledad Acuña también se encontraba de licencia por maternidad debido al nacimiento de su segundo hijo, Toto. En los primeros capítulos de su libro, la Ministra de Educación narra cómo vivió la experiencia del aislamiento junto a su hijo mayor, Santiago, y al recién nacido Toto. Durante ese tiempo, pudo observar las dificultades que enfrentaban los/as chicos/as al no poder asistir a la escuela, ya que esto afectaba no sólo su aprendizaje, sino también su desarrollo emocional y social.
Por otro lado, durante todo el año 2020, el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires mantuvo un constante contacto con las familias para evaluar la situación de cada estudiante. Los resultados de las evaluaciones realizadas por el Ministerio revelaron que las medidas de confinamiento tuvieron un impacto emocional y cambios en el comportamiento de los/as jóvenes.
La falta de capacidad para regular las emociones y conductas, los sentimientos de soledad, tristeza y ansiedad, la falta de rutina y ejercicio físico, el temor a la enfermedad, el exceso de información y los conflictos familiares generados por el encierro afectaron a los niños y adolescentes. Aunque los estudiantes cumplían con las medidas de quedarse en casa, la pandemia estaba desafiando su estabilidad emocional.
Cuando surgió el movimiento llamado Padres Organizados, conformado por familias que reclamaban el regreso a las aulas, Soledad Acuña se puso en contacto con ellos para establecer una colaboración que fortaleciera el reclamo por la reapertura de las escuelas. Gracias al enorme esfuerzo de las familias, los docentes y los propios estudiantes, a finales de 2020 el Gobierno de la Ciudad logró reabrir las escuelas.
¿En qué consiste el programa «Decí Presente»?
Por otro lado, los relevamientos también evidenciaron que alrededor de 6500 estudiantes habían perdido su vínculo con la escuela. Ante esta situación, el equipo de Soledad Acuña implementó la estrategia llamada «Decí Presente», con el objetivo de identificar las causas que llevaban a un gran número de alumnos a tener problemas de continuidad pedagógica en las escuelas. Entre las principales razones que obstaculizaron el vínculo con la escuela se encontraban la falta de apoyo familiar, la situación de vulnerabilidad, las dificultades emocionales, la desmotivación y la falta de interés.
Para abordar esta problemática, se llevaron a cabo dos acciones principales con el fin de reintegrar a los estudiantes a la escuela. En primer lugar, se estableció un contacto telefónico utilizando los datos proporcionados por las escuelas, con el apoyo y acompañamiento del Consejo de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (CDNNyA) y otras áreas del Ministerio de Educación. Además, se realizaron visitas domiciliarias con referentes designados por el Ministerio de Educación de la Ciudad, en colaboración con la Secretaría de Integración Social y Urbana, el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat, el Instituto de Vivienda de la Ciudad y el CDNNyA.
Gracias a estas medidas, se logró que los estudiantes identificados pudieran restablecer su vínculo con la escuela y recibir nuevamente una educación de calidad.