En un evento destacado que congregó a 100 líderes y profesores de escuelas primarias en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, tuvo la oportunidad de participar en el cierre de las Jornadas de Educación Primaria. Estas constituyeron un espacio de intercambio con expertos cuyo objetivo fue repensar y debatir sobre el futuro de la educación primaria y las medidas necesarias para asegurar una educación de alta calidad.
Durante el cierre de las Jornadas de Educación Primaria, la ministra Acuña pronunció unas palabras de agradecimiento y reconocimiento a todos los asistentes, enfatizando en la importancia de la participación activa de los profesores y líderes escolares en la construcción de una educación inclusiva y de excelencia. Asimismo, resaltó la relevancia de continuar trabajando en conjunto para enfrentar los retos actuales y alcanzar una educación primaria que brinde a todos los estudiantes de la Ciudad de Buenos Aires igualdad de oportunidades de aprendizaje y una formación integral.
En un contexto de cambios constantes y avances tecnológicos que plantean nuevos desafíos, la ministra de Educación, Soledad Acuña, enfatizó la importancia de transformar la educación primaria con el fin de preparar a los estudiantes de la mejor manera posible. Durante las recientes jornadas de educación primaria, Acuña compartió su visión y propuestas, destacando la necesidad de replantear los enfoques pedagógicos y adaptarse a un mundo incierto y acelerado.
La reforma de Educación Primaria: Un trabajo en diálogo con la comunidad educativa
El Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires está trabajando en un proceso de transformación de la educación primaria, con el objetivo de establecer una escuela que promueva la inclusión, la participación y el enfoque centrado en los estudiantes.
Esta iniciativa ha sido el resultado de un extenso período de consulta, que se prolongó durante siete meses, y en el cual se involucraron más de 14.600 personas. Entre los participantes se encontraban equipos directivos, supervisores, docentes, formadores, capacitadores, familias, estudiantes, vecinos, expertos nacionales e internacionales, así como representantes de los sectores científicos, tecnológicos, ambientales y de divulgación educativa.
Como resultado de estas consultas, se lograron establecer consensos fundamentales que servirán como base para la construcción de la nueva escuela primaria. Estos consensos buscan una educación que se enfoque en los conocimientos esenciales, integrando habilidades relevantes en su programa educativo. Asimismo, se propone un enfoque renovado en la distribución del tiempo escolar, aprovechando al máximo el tiempo de clase para el aprendizaje significativo.
En consonancia con las demandas actuales, se plantea la incorporación de nuevos espacios destinados al aprendizaje colaborativo, fomentando la participación activa de los/as estudiantes y promoviendo el trabajo en equipo. Además, se reconoce la importancia de establecer una estrecha relación con la tecnología, utilizando herramientas digitales que complementen y enriquezcan el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Uno de los aspectos más destacados de este proyecto de reforma es la búsqueda de la inclusión. Se aspira a que la escuela sea un espacio en el cual todos/as los/as estudiantes, sin importar su situación, tengan las mismas oportunidades y sean valorados en su diversidad.
Esta reforma estructural de la educación primaria en la Ciudad de Buenos Aires representa un paso significativo hacia la construcción de un sistema educativo más equitativo, actualizado y adaptado a las necesidades del siglo XXI. Se espera que esta transformación impulse el desarrollo integral de los/as jóvenes, preparándolos de manera efectiva para enfrentar los desafíos presentes y futuros.
Generar puentes de diálogos con la comunidad: Una manera de gobernar
En su libro, “El día que ir a la escuela fue noticia”, Soledad Acuña reflexiona sobre su gestión al frente del Ministerio de Educación, durante la pandemia. A lo largo del mismo, detalla los encuentros que mantuvo con docentes, familias y estudiantes, para sostener el vínculo con la comunidad educativa a pesar del aislamiento.
En este sentido, Acuña explica en el capítulo 6, que el Ministerio identificó, mediante un estudio exhaustivo, a 6500 chicos/as que habían perdido el vínculo con la escuela. Con el objetivo de recuperarlos, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se puso en comunicación con ellos/as y con estas familias.
En los capítulos 7 y 8, Acuña se enfoca en narrar el papel desempeñado por las familias, quienes comenzaron a organizarse para demandar el retorno a las escuelas. En este sentido, la Ministra detalla los diálogos que mantuvo con «Padres Organizados», una agrupación que reunió a familias de todo el país en su solicitud de regresar a las clases presenciales.
De este modo, el Gobierno de la Ciudad, el cual estaba diseñando estrategias para reabrir las escuelas lo más pronto posible, logró fortalecer su postura frente al gobierno nacional gracias al enorme esfuerzo y respaldo brindado por las familias.
A raíz de esto, al final de su libro, Soledad Acuña menciona la necesidad de mantener en el futuro esa conexión establecida entre el Ministerio y las familias, a fin de lograr una mayor participación de estas últimas en las políticas educativas.