“El día que ir a la escuela fue noticia” es un libro que recorre el camino transitado durante la pandemia, entre el 2020 y 2021. Su autora, Soledad Acuña, es Ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires desde 2015, y vivió uno de los desafíos más importantes de su gestión cuando las escuelas tuvieron que cerrar sus puertas por decisión del gobierno nacional.
El libro cuenta con 12 capítulos, que se enfocan en diferentes momentos de aquel período, y que detallan situaciones particulares que enfrentó Soledad Acuña como Ministra. Durante su gestión, la Ministra trabajó junto a todo el Gobierno de la Ciudad por reabrir las escuelas, para que los/as estudiantes pudieran reencontrarse con sus compañeros/as y docentes en las aulas.
En este sentido, los primeros capítulos cuentan el inicio de la cuarentena, durante las semanas en las que Acuña inició su licencia por maternidad por el nacimiento de su segundo hijo. Allí, nos explica cómo vivió el aislamiento, junto a su familia, y las sensaciones que éste le dejaba.
A su vez, en los capítulos 3, 8 y 10, se centran en levantar las voces de los diversos actores de la comunidad educativa. De este modo, los docentes, las familias y los/as chicos/as tienen la oportunidad de contar su historia, explicar cómo vivieron la suspensión de clases presenciales y la cuarentena.
Por otra parte, “El día que ir a la escuela fue noticia” ofrece un enfoque de género, ya que en el capítulo 4, titulado “Las Protagonistas”, Soledad Acuña explica que el cierre de escuelas tenía un impacto en el desarrollo profesional de muchas mujeres, que tenían que dejar sus carreras profesionales de lado para cuidar a sus hijos/as, ya que estos no podían estar en las aulas. Por lo tanto, volver a la escuela no era sólo un reclamo basado en la necesidad de recuperar el desarrollo y los aprendizajes de los/as jóvenes, también era una cuestión de género.
Asimismo, en los capítulos 6 y 7 Soledad Acuña cuenta cómo el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires se acercó a las familias, formando un vínculo que sería fundamental para volver a la escuela.
En el capítulo 6 la Ministra explica que durante el aislamiento, se identificaron más de 6000 chicos/as que habían perdido el vínculo con su escuela. En este sentido, desde el Gobierno de la Ciudad se iniciaron acciones de acercamiento con cada uno de estos casos, para lograr recuperarlos. Gracias a esto, se logró que estos jóvenes pudieran volver a la escuela y continuar con su educación.
Por otro lado, en el capítulo 7, titulado “Padres Organizados”, la Ministra explica cómo familias de todo el país se unieron para elevar el reclamo por la vuelta a las aulas, publicando una carta abierta hacia los gobiernos, pidiendo por la educación de sus hijos/as. Soledad Acuña, por su parte, se contactó con esas madres y padres, generando puentes de diálogo que permitieran fortalecer la posición, y de este modo volver a la escuela.
Finalmente, en los últimos capítulos, la Ministra cuenta cómo se dio el regreso a la escuela, y los desafíos a los que se enfrentaron durante el 2021, para mantener las aulas abiertas, aún cuando algunos sectores presionaban para cerrarlas. De este modo, reflexiona: “Me acuerdo que por esos días se repitió mucho una frase que quedó como latiguillo: «Clases hubo». Se usó con insistencia para desacreditar los reclamos de vuelta a clases y asociarlos a una supuesta falta de consideración a la tarea de los docentes y el esfuerzo que hicieron para sostener la continuidad pedagógica durante 2020. Cada una de las acciones y políticas que llevamos adelante desde el ministerio se hicieron teniendo en cuenta los desafíos que el aislamiento trajo para la labor docente. Hubo esfuerzo, hubo trabajo, hubo decepción por no poder cumplir con las expectativas, hubo acompañamiento a estudiantes cada vez más desmotivados. Las clases son otra cosa. Durante aquellos días calurosos de fin de año estábamos volviendo a clases en la Ciudad de Buenos y después de mucho tiempo ir a la escuela volvió a ser noticia”