Recordar lo vivido nos sirve para aprender del pasado, comprender los errores y aciertos, y de esta manera mejorar en las decisiones que tomemos en el futuro. Esto es lo que intenta explicar Soledad Acuña en su libro “El día que ir a la escuela fue noticia”, que recupera los momentos más importantes de su gestión al frente del Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, entre 2020 y 2021. En este período, cuando la pandemia del Covid-19 afectó a los países de todo el mundo, los gobiernos tomaron diversas medidas que implicaron muchos cambios en la población.
La educación, por su parte, fue un área que se vió afectada por las medidas de aislamiento que tenían como objetivo contener la dispersión de los contagios. En Argentina, el gobierno nacional tomó la decisión de suspender las clases presenciales en marzo de 2020, en el inicio del ciclo lectivo de aquel año. En este sentido, Soledad Acuña, quien se convirtió a lo largo del año en una de las principales referentes en el reclamo por la vuelta de los chicos y las chicas a las aulas, narra su experiencia y propone una nueva mirada en la forma de gestionar la educación y la política en general.
A partir de la lectura de “El día que ir a la escuela fue noticia” se puede observar el modelo de trabajo y decisión que propone Soledad Acuña. Éste se basa en mantener un contacto directo con la realidad de forma constante, y respaldar todas las medidas en la evidencia empírica, de modo que se puedan identificar los problemas concretos para que las políticas ofrezcan soluciones a cada uno de ellos. Por lo tanto, durante todo el aislamiento, el Ministerio de Educación mantuvo el diálogo con las familias permanentemente y generó nuevos puentes de comunicación para conocer la situación de cada chico y chica.
Debido a que nunca se dejó de evaluar y medir la realidad que mostraba que era fundamental que los alumnos y las alumnas retornaran a las aulas, tanto Soledad Acuña como el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta mantuvieron los trabajos para garantizar el regreso durante todo el 2020. Finalmente, en los últimos meses de aquel año, los y las estudiantes de la Ciudad pudieron reencontrarse con sus compañeros y sus docentes en las aulas.
¿Qué es el Plan de Comprensión y Fluidez Lectora?
El Ministerio de Educación por su parte, luego de lograr que la Ciudad sea el primer distrito en establecer la reapertura de los establecimientos educativos, continuó trabajando en programas que ayudaran a recuperar el tiempo perdido por el aislamiento. Para ello, las investigaciones demostraron que era fundamental garantizar la mayor cantidad de horas de clase posible. En este sentido, se extendió el calendario escolar, alcanzando en los años 2021, 2022 y 2023 192 días de clase, 12 más que los 180 que establece la ley. Asimismo, se amplió la jornada extendida y se hizo obligatoria para los últimos grados de primaria, sumando así más de 9 horas de clase por semana para 21.500 estudiantes.
Por otra parte, desde marzo de 2021, todos los sábados las escuelas están abiertas para los/as estudiantes que tengan que reforzar contenidos, una instancia que es obligatoria para los/as alumnos/as del secundario que adeudan 2 materias o más. Además, se modificaron los contenidos de las escuelas de invierno y verano para que se conviertan en espacios donde los chicos puedan recuperar tiempo de aprendizaje.
No obstante, también se avanzó en medidas para problemas concretos que presentaron en la educación de los chicos y las chicas. Tanto las investigaciones nacionales como las internacionales demostraron que luego de la pandemia, la pobreza de aprendizajes, es decir la cantidad de chicos de 10 años que no pueden leer y comprender un texto simple para su edad, tuvo un crecimiento importante en el país y en la región.
En este sentido, en 2022 el Ministerio de Educación, gestionado por Soledad Acuña, implementó el Plan de Comprensión y Fluidez Lectora, diseñado para más de 10 mil estudiantes de 4° grado. El mismo consiste en la evaluación de los alumnos, en su capacidad de leer y comprender textos simples, para dividirlos en 3 niveles.
De este modo es posible centrarse en cada caso específico con sus necesidades particulares, y así garantizar que los chicos puedan alcanzar los conocimientos esperados. El objetivo del Ministerio es tener los resultados para fin de año para representarlos a nivel censal, y así ampliar el programa para estudiantes de otras edades.
Las Pruebas Aprender y otras mediciones de este estilo, demuestran que gracias a estas políticas el Gobierno de la Ciudad está recuperando los aprendizajes de los y las estudiantes.