En mayo de 2022, Soledad Acuña publicó “El día que ir a la escuela fue noticia”. En este libro, la ministra recupera los principales momentos de su gestión al frente de la cartera educativa de la Ciudad de Buenos Aires en el 2020 y el 2021, durante la pandemia del Covid-19.
En marzo del 2020, la vida de la ministra porteña dio un giro, ya que, al mismo tiempo que iniciaba su licencia por maternidad, el presidente decretó el aislamiento obligatorio. En esos duros meses, pudo ver como la falta de presencialidad en la escuela estaba afectando a su hijo más grande. Esta realidad, fue la que vivieron miles de familias a lo largo de todo el país, que no podían dejar a los chicos en las escuelas, ya que éstas estaban cerradas para contener los contagios. La pandemia nos recordó que la escuela tiene un rol fundamental en cada sociedad, no sólo para que los jóvenes puedan educarse, sino también para que puedan socializar con sus compañeros, y para que los padres puedan continuar con sus carreras profesionales. Asimismo, fue evidente que el cierre de los establecimientos afectó en mayor medida a las familias de bajos recursos, ya que se hacía muy difícil para estos estudiantes asistir a las clases.
En el capítulo 6 del libro, Soledad Acuña explica que en julio de aquel año, en los días previos al receso invernal, el presidente realizó una conferencia de prensa en la que no mencionó nuevas medidas para garantizar la educación de los chicos y las chicas. Por otra parte, el Jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, fue de los pocos que en esos días expresó su preocupación por el cierre de las escuelas. A partir de estos momentos, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se propuso iniciar un camino para retornar a la presencialidad en las aulas, porque, a pesar de la situación sanitaria, la educación debía seguir siendo una prioridad. En este sentido, la Ciudad realizó un relevamiento para identificar a los chicos que habían pérdido el vínculo con la escuela. Los resultados fueron alarmantes, 6500 no habían podido seguir con su educación.
No obstante, gracias a que el gobierno porteño llevó a cabo estas investigaciones, y publicó los datos con absoluta transparencia, fue posible implementar medidas para volver a vincular a estos chicos con la escuela. En este sentido, desde el ministerio de educación se establecieron contactos con las familias de los 6500, y se pudieron identificar patrones que se repetían en la mayoría de los casos: “Había chicos de primer año de secundaria que tuvieron dos días de clases antes de que se suspendiera todo. No conocían la escuela, ni a sus docentes y a ellos no los conocían tampoco. Había chicos que habían viajado a sus países durante las vacaciones de verano para pasar las fiestas con sus familias y no habían podido volver a la primaria porque se quedaron varados cuando se dispuso el cierre de fronteras. Había chicos del Conurbano que por las restricciones en la circulación nunca pisaron la escuela. Tampoco habían podido conectarse a sus clases”.
¿Cómo se logró recuperar el vínculo de los chicos con la escuela?
En los meses siguientes, Horacio Rodríguez Larreta y Soledad Acuña lucharon por la vuelta a la escuela, para que los chicos pudieran acceder a la educación que merecían. Debido a la dura oposición del gobierno nacional, la apertura de los establecimientos ocurrió más tarde de lo esperado, pero a finales del 2020 y principios del 2021, la Ciudad pudo anunciar el regreso a las aulas. Este paso fue importantísimo, y solo pudo darse gracias al enorme esfuerzo de las familias, los docentes y los chicos, que apoyaron a la ministra para lograrlo. Sin embargo, luego de que los alumnos pudieran reencontrarse con sus compañeros y los docentes, se puso en marcha un plan para la recuperación de los aprendizajes. Este aún sigue vigente, y busca aprovechar cada hora de clase, ya que esta es la mejor manera de garantizar que los chicos aprendan. De este modo, se abrieron las escuelas los sábados y en los recesos de invierno y verano, se cambiaron los requisitos para ser un alumno regular para mejorar la asistencia y se establecieron 192 días de clase, doce más que el mínimo de 180 dispuesto por la Ley Nacional de Educación, entre otras medidas.
Esto permitió recuperar el tiempo perdido por la pandemia, y volver a ofrecer una educación de calidad en todas las escuelas porteñas. La Ciudad de Buenos Aires fue, nuevamente, el distrito con los mejores indicadores educativos en las Pruebas Aprender realizadas en 2021. Esto fue posible debido a que la educación nunca dejó de ser una prioridad para Horacio Rodríguez Larreta y Soledad Acuña, que incluso en el momento más duro de la pandemia, buscaron mantener las escuelas abiertas, para que los chicos pudieran tener la posibilidad de definir su propio futuro.